viernes, 3 de julio de 2020

Gentleman Bandit: Rol + poesía para aplicar al aula

Si ayer escribía sobre las posibilidades didácticas que deparaba el componente de journaling en The Wretched y en su sistema Wretched & Alone, hoy voy seguir un poco en la misma línea, presentando otro juego de rol indie, a priori en solitario, que nos invita a coger la pluma y dar rienda suelta a nuestra imaginación y nuestro arte.


Gentleman Bandit, de Allison Arth, es, en traducción directa de su sinopsis, "un juego de rol en solitario que busca explorar los conceptos de violencia, aflicción y disociación, y que está ambientado en el viejo oeste norteamericano". 
En él, interpretamos a un bandido y pistolero, a la manera en que el público norteamericano romantizó algunos de sus nombres y personalidades en la prensa barata del siglo XIX. Así, nuestro rol será el del villano dotado con el don de la palabra y de la pluma, un alma torturada condenada a hollar los caminos sin descanso por un aciago destino, que acostumbra a dejar un poema, escrito de su puño y letra, en honor de los muertos abatidos por su revólver y como advertencia para aquellos que los encuentren. 

En efecto, en este juego empezamos y acabamos escribiendo poesía

El juego, para aquellos que les pique la curiosidad, es la primera entrega del ciclo conocido como Western Cantos que tiene una suerte de continuación en Gentleman Bandit: Dark Highway, un suplemento que podría ser clasificado como Weird Western y en la que nuestro forajido ha acabado mordiendo el polvo, convirtiéndose en un espectro errante que aterroriza a los vivos y cuyo poema tratará invariablemente de su muerte.



El sistema de Gentleman Bandit es muy sencillo, desplegado en una decena de páginas que además incluyen tablas y reglas optativas para convertir un juego en solitario en otro social. 
Los materiales necesarios para jugar, mínimos: útiles de escritura, una baraja de póker con jokers incluídos y, de manera opcional, un dado de seis caras. 
Las mecánicas se reducen a coger cartas de la baraja, consultar unas tablas y escribir un poema de 13 líneas a partir de unas prompts (palabras claves, preguntas e indicaciones generales). La creación de este producto final es el objetivo del juego.

Su secuencia de juego es la siguiente: 
1) Coges una carta del mazo. Su palo y su número indicarán, respectivamente, una idea central (amor, pérdida, libertad o miedo) y un tema definido por una pregunta (por ejemplo: ¿Qué te ha llevado a tu situación actual? o ¿Cuál es tu secreto más oscuro?) en torno a los cuales el primer verso del poema deberá girar. 
2) Vuelves a coger otra carta y repites el proceso hasta completar un poema formado por 13 líneas. 

Posiblemente os preguntéis para qué sirve el dado opcional. Bien, este objeto introduce un modo complementario y voluntario, consistente en aplicar métrica, rima, figuras de estilo o incluso las palabras que deberemos introducir en nuestros versos en función del resultado obtenido en una tabla.


Gentleman Bandit ofrece también la posibilidad de encadenar poemas introduciendo un elemento narrativo a partir del remanente de cartas en la baraja. Así, al acabar un poema el jugador que desee embarcarse en este modo continuista deberá ver qué figuras de póker (parejas, tríos, etc) pueden formarse con las cartas que queden en su baraja y consultar otra tabla que le indicará una idea para definir y continuar la historia de su bandido (por ejemplo, una escalera simple de cartas indica que "Alguien a quien amaste te abandonó") en un poema siguiente.

Finalmente el juego ofrece unas reglas alternativas que permiten que varias personas puedan participar de la experiencia, ya sea de forma presencial como a distancia, por medio de las redes sociales. Así, en el "Juego de Salón", para 2 a 13 participantes, cada jugador escribe un verso en una hoja de papel siguiendo las reglas del juego para luego doblarla y pasarla a la persona que tiene a su lado, de forma que progresivamente se compondrán diversos poemas. En cambio, en "Igualar la apuesta", un jugador cuelga su poema en las redes sociales, donde etiquetará a otra persona que partirá con el elemento narrativo correspondiente a la mano de poker final del primer jugador y que deberá componer otro poema. 


Gentleman Bandit se me antoja como un juego muy interesante a la hora de utilizarlo en el aula por profesores de materias lingüísticas que quieran trabajar y promover la creación literaria de naturaleza poética entre sus alumnos, ya sea de forma individual como colectiva. 
Además de enseñar y aplicar aspectos relacionados con la poesía como los ya mencionados, el juego nos permite adquirir nuevo vocabulario de forma funcional. 
Aparte de estos elementos más formales, la naturaleza de la tarea abre la puerta a la introspección, la reflexión en torno a conceptos abstractos y universales o la identificación y expresión de sentimientos.

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